El arcángel abordó a Dios en un callejón
del cielo y le comentó, apesadumbrado, que no podía soportar más la carga de
las enormes alas con las que había tenido la excelsa gracia de dotarle. Ese tremendo
lastre le causaba unos dolores de espalda terribles, que a menudo se irradiaban
a sus hombros y cuello. El Creador de todo lo visible e invisible respondió, con
tono amable y dulce, que no había concebido aquel paraíso para que ninguna de
sus criaturas sufriese sino, muy al contrario, para que todas allí fuesen
eternamente felices, por lo que iba a solucionarlo de inmediato. Mientras el
ser celestial sonreía aliviado, Dios chasqueó sus dedos y las alas comenzaron a
desaparecer.
Últimas noticias:
Las autoridades mexicanas aún ignoran el origen e identidad del cadáver
de una persona sin sexo, vestida apenas con una ligera túnica, que fue
descubierto ayer en el desierto de San Rafael, en Coahuila. La ausencia total de
huellas alrededor del cuerpo (a excepción de unas extrañas plumas que los
biólogos están analizando) y el hallazgo de insólitas marcas en sus omóplatos, son
circunstancias que contribuyen a alimentar aún más el misterio. Seguiremos
informando.
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