domingo, 7 de julio de 2013

El escarmiento




El pobre diablo de la cicatriz en la mejilla que esta noche me ha abordado en este callejón solitario con evidentes signos de padecer el síndrome de abstinencia y me está amenazando con una mierda de navaja para que le entregue todo el dinero que llevo encima, porque asegura que de lo contrario me mata, es un auténtico gilipollas. En ningún momento se ha parado a pensar que yo podría llevar en el bolsillo un revólver y me resultaría sencillo abrir  nuevas ventanas en su azotea tan solo en un par de segundos. Mientras el imbécil me mira fijamente ladeando esa horrible cara que asoma bajo la original gorra con las iniciales NY bordadas en su frente, estoy ya empuñando la culata y acariciando el gatillo. De repente, el imbécil tiene una reacción imprevista. Su boca esboza una estúpida sonrisa y luego comienza a reír a carcajadas,  enseñando los boquetes de su dentadura y doblándose hacia adelante. Joder, yo te conozco, tío, me suelta el muy tarado. Eres Bob, joder, el hijo de Randy, el de la panadería. Habría jurado que el tipo tenía el mono, pero ahora pienso que está completamente fumado. Oye colega, préstame veinte dólares; se los llevaré a tu padre la semana que viene, sigue farfullando mientras guarda su arma. Tío, ni me llamo Bob ni mi viejo trafica con baguettes. Te voy a dar lo único que mereces y que te va a resultar muy útil. Saco la pistola y le pego un tiro en el pie. El asaltante cae sobre un charco gritando de dolor, menta a mi madre y pregunta por qué lo he hecho. Digamos que, al margen de constituir una lección gratis sobre las consecuencias de la imprudencia, es un favor que te hago al sacarte de la calle durante unos días, “colega”.  Enciendo un pitillo y a continuación le lanzo un billete de veinte pavos a la jeta. Esto es para que le compres unos bollos al bueno de Randy, coméntale que sin proponérselo te ha salvado la vida. Doy media vuelta, dejando a aquel desgraciado retorciéndose en el suelo, y emprendo de nuevo mi camino en busca de la penúltima copa.


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