Fuera por confusión u olvido, Amanda
programó a la misma hora y en el mismo lugar sus citas a ciegas con Robin y
Derek. En el paseo marítimo de Norwalk los tres se conocieron, fumaron unos
pitillos, charlaron y rieron durante un buen rato. Después cenaron juntos y mientras,
entre los hombres surgió el amor.
Amanda sigue recurriendo al mismo tipo
de encuentros, solo que ahora lleva mucho cuidado en evitar inoportunas
coincidencias.
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