jueves, 23 de julio de 2015

En directo





Estoy sentado al borde de un precipicio con las piernas colgando sobre el vacío. Desde cierta distancia y utilizando un megáfono, el imbécil del sheriff intenta convencerme de que permita acercarse a los de emergencias para acompañarme a casa. Esos patanes ignoran que mi actual grado de demencia no contempla el suicidio. Y tampoco lo saben los de las televisiones. Solo espero que, detrás de la pantalla, Linda reconsidere mi invitación al baile del instituto.

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